Talleres psicoestimulativos en la residencia El Recer

El servicio psicogeriátrico de El Recer y de su Centro de Día, que actúa de forma coordinada con el de Atención médica y enfermería, además de funciones como la evaluación psicológica de los nuevos residentes, el seguimiento individualizado de los diferentes grados de dependencia y su evolución, la ayuda psicológica a los familiares, desarrolla una serie de talleres psicoestimulativos que se centran en intervenciones en pequeños grupos muy homogéneos, no más de tres personas, y en la atención individual.

Obviamente los talleres tienen carácter voluntario y/o cuentan con la aprobación de la familia y se procede en función del estado del paciente en cada momento. Se dan periodos o trances en que no es conveniente continuar en un taller, lo que no significa que posteriormente no se reincorpore el residente una vez superado el difícil momento.

La familia desempeña un papel clave, es importantísimo que con el ingreso de los residentes proporcionen la mayor cantidad posible de material relacionado con gustos, aficiones, anotándolos en una lista o reuniendo los objetos sensibles en una caja. No deberían faltar nunca las fotos personales y de grupo, junto a las de los allegados. Las historias de vida de los residentes se ven complementadas con estos objetos y datos y ayudan enormemente a los profesionales en su labor.

En función de los grados de dependencia del residente, y muchas veces en colaboración con la fisioterapeuta, se organizan los talleres. Lo detallemos de mayor a menor.

En los grupos en fase seis y siete (ver Diferentes grados de dependencia), es decir, para aquellos que dependen completamente de la ayuda diaria de terceras personas, cuando la comunicación verbal ya resulta muy difícil o casi imposible, se organiza el taller basal o sensorial sustentado sobre los siguientes elementos:

• Música: suave, clásica, tranquilizadora o los temas relacionados con su vida pasada (tangos, pasodobles, tonadillas…).
• Táctil: se trata de que los residentes, en un ambiente muy relajado, vayan tocando distintos materiales (tela de algodón, raso, agua fría y caliente). En esta fase el contacto físico es decisivo y en ello pueden participar los familiares: aplicar cremas, cantarles canciones que puedan evocar.
• Olfativo: se emplean sustancias fuertes y contrastadas como limón, lavanda y colonias. Aquí se intenta que reciban una información externa que es verbalizada para reforzar los recuerdos y estimular los sentidos.
• Visual: las aplicaciones de móvil con colores desempeñan un papel fundamental, con la luz de la sala apagada y los cambios de tonalidad que atraen la atención.

    

Con los grupos de los estadios cuatro y cinco, que son aquellos en que las personas presentan un declive cognitivo moderado, que tienen problemas de cierta desorientación y episodios de conciencia obnubilada, se trabaja intentado conservar el lenguaje:

Denominar: se trata de identificar un objeto (una taza, por ejemplo), tratando de definir qué es y para qué sirve.

Indicar: en este caso se procura que identifiquen un objeto entre tres y, si es posible, expliquen qué es y para qué se usa. Aquí también tiene un importante peso en el resultado del ejercicio reconocer a un personaje famoso a través de una foto.

Evocación: intentar acordarse de palabras que comiencen por una letra determina, por ejemplo, con erre (rosa, red).

Cálculo: efectuar mentalmente sencillas sumas y restas o generar estos cálculos con imágenes mentales (abrigos, sombreros). Se trata de estimular elementos que están ahí todavía, que subyacen en la memoria para sacarlos fuera y pronunciarlos.

Memoria de corto plazo (de retención): se emplean textos muy cortos que se han de visualizar mentalmente. Se subrayan o enfatizan las palabras o elementos principales del mismo para, de inmediato, plantear un reto divertido mediante preguntas que les haganh recordar dichas palabras principales. Una alternativa a este ejercicio es contar una historia y que procedan a completarse como, ¿qué objetos hay que comprar cuando nace un bebé? Un ensayo perfecto de evocación y memoria.

Los grupos de los estadios tres y dos comprenden a quienes tienen un grado de declive cognitivo leve o muy leve por lo que los ejercicios, sin ser más pesados, sí son más exigentes, aunque siempre se conserva el carácter lúdico y relajado de las sesiones.

• significado de fábulas.
• completar refranes y su significado.
• recordar los refranes de cada estación del año (“En abril, aguas mil”).
• cálculos aritméticos más complejos, que incluyen hasta multiplicaciones y divisiones simples.
• búsqueda de palabras con significado opuesto a la que es propuesta, es decir, los antónimos (seco/mojado, frío/calor).
• establecer relaciones de similitud (¿qué son el sol y la luna? Astros o forman parte del  cielo).
• personajes famosos: mientras uno explica y da detalles y los demás tratan de descubrir quién es.
• los objetos que, por ejemplo, forman parte de una cocina hasta intentar completarla.

En todas las sesiones es preciso elogiar, premiar y compensar el esfuerzo. Todo ha de ser llevado de forma relajada y entretenida, sin excesos que puedan agobiar o intranquilizar. Exactamente igual que la terapia ocupacional. Lo normal es que la faceta de la diversión triunfe y los propios residentes propongan prolongar el ejercicio.

Aprovechamos la ocasión para recordar que las actividades descritas en esta sección de Servicios están registradas en los álbumes de fotos de nuestro muro de Facebook (no hace falta estar suscrito para visionar las imágenes y leer los textos), ¡no se lo pierdan! También dedicamos a los familiares de los residentes un boletín de carácter bimensual que recoge las actividades que El Recer organiza para (y con) sus allegados. Pueden solicitar el envío de dicho boletín remitiendo su dirección de correo electrónico y nombre completo a info@elrecer.com.