Asistencia socio-sanitaria
Cocina propia y regímenes de dietética especial en El Recer
17/03/2015
La nutrición de los residentes del centro representa una de las prioridades, sino la mayor, para la dirección y el personal de El Recer de Castelldefels. Una dieta equilibrada, variada, sin complicaciones digestivas, fácilmente asimilable por el organismo y con una composición alimentaria y culinaria agradable al gusto, se combina con regímenes especiales que van en función de las diferentes patologías (disfagia, diabéticos, hipertensión…).
Para ello son esenciales tres factores. El primero es contar con cocina propia, algo que es infrecuente en la mayoría de las residencias geriátricas, pues se suele echar mano de los servicios de catering, que no tienen alternativas nutricionales cuando algo no gusta y que plantean problemas con la temperatura de los alimentos a la hora de ser servidos. El compromiso de la cocina propia implica, pues, tener instalaciones adecuadas y un personal especializado, es decir, dos turnos que cubren desde las 8 a las 21 horas, lo que permite, cuando se da el caso, sustituir alimentos que no sean del agrado de determinados mayores. También facilita preparar la comida triturada para las personas que requieren regímenes de fácil masticación. Esta visión corresponde a un concepto que afecta a todos los servicios de El Recer, el de la atención a los residentes en el sentido más amplio y personalizado, sean permanentes o del Centro de Día.
La cocina propia es el factor necesario, pero no suficiente. El primordial es la vigilancia y la supervisión médica. Ninguna alternativa o cambio se plantea sin la previa aprobación del responsable higiénico-sanitario del geriátrico, el doctor Pérez Torró. De este modo, se controla el nivel calórico y la adecuada composición de la alimentación. Y en este capítulo entra el control del peso de nuestros mayores, la actividad física particular de cada uno y el rigor de estar al tanto de su hidratación.
Un tercer elemento, de gran significación para nosotros, es que los residentes, como viene ocurriendo con asiduidad, tienen toda la libertad para sugerir cambios en los menús. Ciertamente, siempre que encajen en los parámetros que supervisa el doctor. Cumplidos estos requisitos inevitables, es plena su capacidad para decidir novedades, volver a degustar platos tradicionales que puedan echar de menos o retirar aquellos de los que están cansados (hasta “nueva orden”).
Las comidas son cinco, se sirven con estricta “puntualidad británica” y se distribuyen de esta manera: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. No faltan los días para gozar de una buena chocolatada (u horchata en verano) y algún pastel (los domingos), además de la celebración de los cumpleaños con la tarta correspondiente y el disfrute de la vertiente gastronómica de los grandes eventos que celebramos (la Castañada o Halloween,Fiestas de Navidad, Fin de Año y Reyes, Carnaval, San Juan….).
Contamos con las familias, que pueden, si así lo desean, acompañar a sus residentes, darles de comer y, por supuesto, compartir el alimento, como lo hace el personal del centro. Allegados y familiares, ya lo hemos mencionado en otro lugar, y nunca nos cansaremos de repetirlo, ocupan un lugar central en la conexión afectiva y el refuerzo del equilibrio psicológico y físico de sus mayores. La hora de la comida es una más de las posibilidades de acercarse íntimamente y conectar con ellos.
Aprovechamos la ocasión para recordar que la mayor parte de las actividades descritas están registradas en los álbumes de fotos de nuestro muro de Facebook (no hace falta estar suscrito para visionar las imágenes), ¡no se lo pierdan! También dedicamos a los familiares de los residentes un boletín de carácter bimensual que recoge las actividades que El Recer organiza para sus allegados. Pueden solicitar el envío de dicho boletín remitiendo su dirección de correo electrónico y nombre completo a info@elrecer.com.